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Daniel 9:24-27

“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” ​

La Última Semana de Daniel y Nuestra Generación 

     Ya pasamos 69 semanas proféticas, es decir 483 años. El verso 27 habla de la última semana, la setenta, los 7 años finales antes de los Juicios de Dios. Está semana setenta es diferente de las demás. Mientras las sesenta y nueve tenían un lineamiento de eventos consecutivos en el tiempo, la última no. Existe un espacio de tiempo desconocido entre la 69 y el inicio de la 70. ¿Cómo sabemos eso? Está escrito: "a la mitad de la Semana", a los 3 y medio años (6 meses), "hará cesar el Sacrificio y la Ofrenda", sólo existe un lugar para eso, El Templo. Y no ha existido ningún otro después de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén.

 

     Significa que ya existe un activo Nuevo Templo de Jerusalén, pero no sabemos por cuánto tiempo estará funcionando hasta que ocurra el pacto. Quiere decir que en ese espacio de años mientras inicia la última semana, veremos los preparativos para la "restauración y reconstrucción del Tercer Templo de Jerusalén", y su funcionamiento hasta que ocurra el pacto.

 

     La profecía de las setenta semanas. Este es la guía de las profecías en lo que se refiere a la nación de Israel. Nos ofrece el principio de lo que se llama "el gran paréntesis, Dios ha interrumpido su programa por amor a Israel y ha colocado entre la primera y la segunda venida del Señor Jesús la época en la que actualmente vivimos.

 

     Este período indeterminado, que ya ha durado más de novecientos años, se produce entre la semana sesenta y nueve de años y la setenta de la profecía. La semana setenta, una semana de siete años, todavía está por cumplirse con respecto a Israel. Al leer sobre ello, verá usted que eso es lo que llama el libro de Apocalipsis y otros pasajes proféticos "la gran tribulación el tiempo de la aflicción de Jacob. Y esto aún no ha sucedido, ha sido interrumpido al llegar a la semana sesenta y nueve y está todavía por cumplirse.

 

El mismo Señor Jesús deja esto claro en el discurso que pronunció en el Monte de los Olivos, cuando sus discípulos le pidieron que nombrase las señales que habrían de venir y cuál sería el símbolo de su regreso a la tierra.  Jesús dijo: "Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Mas !!ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados (Mateo 24:15-22). 

 

     Jesús les esta diciendo: "Salid de la ciudad de Jerusalén, porque allí sucederán cosas que afectarán enormemente a las personas que vivan en esa región. Entonces habrá llegado el momento de huir de la ciudad, porque la gran tribulación estará sobre vosotros.

 

     Cuando dijo: "cuando veáis establecida en el lugar santo la abominación desoladora añadió en un paréntesis estas palabras "el que lea entienda”. Es decir, no leáis superficialmente el libro de Daniel, meditad detenidamente en lo que dice. Examinad a fondo su mensaje. Es preciso que entendamos de qué está hablando a fin de que podamos reconocer la abominación desoladora cuando aparezca. Por eso es por lo que el Señor continua diciendo que el mundo, con su enfoque superficial de la verdad, no entenderá lo que está pasando cuando se diga "paz, paz, paz porque no habrá paz, sino que la destrucción repentina caerá sobre ellos y serán arrasados como fueron arrasadas las gentes en los días de Noe cuando vino el diluvio.

 

     Todo esto es una advertencia para que nos tomemos muy en serio lo que dice el libro de Daniel. 

 

     La profecía de las setenta semanas fue una comunicación especial al profeta en respuesta a su intercesión por Jerusalén "el santo monte" "tu santuario" "tu cuidad" Y "tu pueblo" (Daniel 9:16, 17, 19), y por consiguiente, era de presumirse que contuviera alguna revelación del propósito de Dios respecto a la ciudad y el santuario que, en esa época, había estado desolado durante unos setenta años.

 

     El lenguaje del ángel es notablemente enigmático y varias de las expresiones nunca han sido satisfactoriamente explicadas, pero el significado evidente del pasaje, tomado en conjunto, es que tanto la ciudad como el santuario han de ser reedificados y sin embargo, finalmente oprimidos por una espantosa desolación. Además, un Príncipe Mesiánico ha de aparecer y ser cortado y el resultado de todo es una "terminación de la transgresión y concluir el pecado y expiar la iniquidad y para traer la justicia perpetua y sellar la visión y la profecía y ungir al Santo de los santos". Todo esto concuerda notablemente con la venida y el reino de Jesucristo, la consumación de la economía del Antiguo Testamento y la introducción del Nuevo Testamento. 

 

 

Dios determinó 6 metas claras a cumplir para traer a la tierra el Reino Celestial, al final de las 70 semanas:

 

«Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para (1) terminar la prevaricación, y (2) poner fin al pecado, y (3) expiar la iniquidad, (4) para traer la justicia perdurable, y (5) sellar la visión y la profecía, y (6) ungir al Santo de los santos» (Daniel9:24).

 

     Terminar la prevaricación - Entendamos  primero  lo que significa esta palabra: delito,  violación de  la ley,  transgresión. Es decir, con el regreso del Mesías se pondrá fin a la maldad.

 

     Para acabar con el pecado - Ésta es, sin dudas, una meta anhelada por Dios  para la nación  de Israel  y  la  humanidad  en pleno. Cuando el Mesías retorne a Israel acabará con el pecado.  (Romanos 11:26-27 y luego todo Israel  será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.  Y  este   será  mi   pacto  con   ellos, Cuando yo quite sus pecados).

 

     Para Expiar la iniquidad -  Para  restaurar  completamente  a Israel  con  Dios.   Aunque  Jesús hace  mas de dos mil  años,

hizo expiación de la iniquidad de Israel en la cruz del calvario. El problema es que Israel todavía se niega a  reconocer a Jesus como el Mesías. Lo aceptaran como el Mesías, cuando o vean venir en su  segunda venida.   (Zacarías 12:10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien  traspasaron,   y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.) (Isaías 59:2; 53:4,6-10; Mateo 27:37).

 

     Para traer la justicia perdurable o eterna - los pueblos, desde Jerusalén.  (Isaías 2:2-4 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.   Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob;  y nos enseñará sus  caminos,  y caminaremos por sus sendas.   Porque de Sion  saldrá la ley,   y de Jerusalén la palabra de Jehová.  Y juzgará entre las naciones, y reprenderá  a  muchos  pueblos;  y  volverán  sus  espadas en rejas de arado, y sus lanzas en  hoces;  no  alzará  espada  nación  contra  nación, ni  se   adiestrarán   más  para   la  guerra).

 

     Para sellar la visión y la profecía - Esto  ocurrirá  sólo   cuando  toda  las  profecías  anunciada,   se hayan cumplido  Aqui   totalmente.    (Mateo 24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán). 

 

     Para ungir el santo de los santos - Se refiere  a  reconocer  la  investidura  del  Mesías  como Rey  y  Juez  de la  nación  de   Israel y todas las naciones,   cuando finalmente asuma su reinado por mil años.   (Jeremías 3:17 En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono de Jehová, y todas las naciones vendrán a ella  en el nombre de Jehová en Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su malvado corazón). 


     Las setenta semanas es número simbólico, concebido  como  partido  en  tres  porciones  de  siete,  sesenta  y  dos,  y  uno

(7 + 62 + 1 = 70). El primer número parece referirse al tiempo de reedificar la ciudad, el segundo al período que intervendría entre la restauración de la ciudad y el aparecimiento del Mesías; y el tercero es el último séxtuplo decisivo, en medio del cual se confirma un nuevo pacto con muchos, pero el final del cual es la ruina de la ciudad y el santuario, con desolación indecible. 

 

Aclaremos primero que, en la historia de Israel,  han existido varias órdenes,  decretos o edictos reales que se podrían tomar como esta orden real para “restaurar y edificar a Jerusalén”. Estos son: 

 

El decreto de Ciro, en el 539 antes de Cristo. (Esdras 1:1-4)
El decreto de Darío, del 519 a 518 antes de Cristo. (Esdras 5:3-7)
El decreto de Artajerjes a Esdras, en el 457ante de Cristo. (Esdras 7:11-16)
El decreto de Artajerjes a Nehemías, en el 444 antes de Cristo. (Nehemías 2:1-8) 

 

 

Pero, sin dudas, el más puntual para calcular esos 483 años es El Decreto de Atrajeres a Nehemías.  La Biblia misma es la encargada de narrar este trascendental suceso profético cuando el Rey Artajerjes, rey del Imperio Persa emitió el profético decreto para la reconstrucción de la cuidad.

 

Nehemías 2:1-8

Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón.  Entonces temí en gran manera.  Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego? Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo.  Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.

 

Nehemías salió de Persia hacia Jerusalén en 444 a.C. para ser gobernador de Judá. Esto ocurrió trece años después que Esdras había llegado allí. Nehemías llego con un encargo del rey de Persia de reedificar el muro de Jerusalén y fortificar la cuidad. A pesar de mucha oposición, Nehemías termino el muro en cincuenta y dos días (Nehemías 6:15)

 

 

Esta porción de las Escrituras es la MAS IMPORTANTE en referencia al estudio Escatológico o Estudio de las Profecías Finales.

 

Aquí, de acuerdo con la información dada por el ángel Gabriel a Daniel, «setenta semanas» (490 años) iban a comprender la historia futura de Israel. Se le dijo a Daniel:

 

Daniel 9:24
«Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al

Santo de los santos»

 

Setenta Semanas se refiere a 70 períodos de siete años (490 años). 

 

¿Que es una semana?


La palabra en hebreo es SHAVUA que significa literalmente UN SIETE. Los judíos tienen un SIETE DE DÍAS y también un SIETE DE AÑOS. Llamar a un periodo de SIETE DE AÑOS como SEMANA, a los judíos les resulta muy familiar. El AÑO SABÁTICO DE LOS JUDIOS: esta conformado por siete años. (Levítico 25:1-4; Éxodo 21:1,2; Génesis 29:18,27). Esto indica que aquí la palabra “SEMANAS” significa una unidad de siete años.

 

La profecía iba a comenzar con el mandamiento de restaurar y reconstruir a Jerusalén y 483 años de un total de los 490 años iban a ser cumplidos antes de la venida del Mesías Príncipe. (Daniel 9:25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos).

 

LAS PRIMERAS SESENTA Y NUEVE SEMANAS O 483 AÑOS =   Recordemos  que  después  de  la  destrucción  del  Primer Templo,

aquel que construyera Salomon hijo de David, Jerusalén había quedado completamente en ruinas, sin muro ni Templo, sólo era una sombra de lo que había sido. El pueblo judío se hallaba cautivo en Babilonia. 

 

Se entiende que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Principe, Habrá siete semanas (1) y en Sesenta y dos semanas (2) se volverán a edificar la plaza y el muro de Jerusalén en tiempos angustiosos.

 

La Biblia textualmente anuncia que en el año 20 de su reinado, es decir, en el 444 a.C., fue promulgado el edicto real para proceder a la reconstrucción de Jerusalén y el Templo.

 

De manera impresionante, la historia demuestra que Jerusalén y el Segundo Templo judío, tardaron en construirse exactamente 49 años; es decir siete semanas proféticas siete años: 7 x 7 = 49 años. (Daniel 9:25 habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos). 

 

Daniel 9:26

Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra  durarán las  devastaciones.

 

Después de las “siete semanas” y después de las “setenta y dos semanas”, es decir un total de sesenta y nueve semanas (483 años), sucederían dos cosas:

 

1)  Al Mesías “se le quitaría la vida” o seria crucificado (Isaias 53:8).

 

2)  “El Pueblo de un príncipe que ha de venir”  destruiría Jerusalén y el templo.   El “pueblo” es el ejército romano,  que         destruyo Jerusalén en 70 d.C.   (Lucas 21:20). “El príncipe” se refiere al anticristo de los últimos tiempos.  Nótese que         la destrucción de  Jerusalén no siguió inmediatamente  después de la crucifixión de Cristo.   De ese modo, el final de

      las sesenta y nueve semanas esta separada del principio de su septuagésima semana por un intervalo de tiempo. 

 

Si sumamos del año 444 antes del Mesías, que como recordamos es la fecha de promulgación del edicto para reconstruir Jerusalén y el Templo (1 de Nisán del año 20 del reinado de Artajerjes), Llegamos al año 33 d.C., fecha que en el calendario judío equivale al 10 de Nisán. Este detalle es muy importante, pues cada año, el día 10 de Nisán, todos los varones judíos debían subir a Jerusalén llevando el cordero que sacrificarían por sus familias cuando llegara el día 14 de Nisán, o Día de la Pascua, al cual los judíos llaman Pesaj.

 

Exodos 12:3,6  “Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.

 

Jesús el Mesías entra a Jerusalén el 10 de Nisán. Esta profecía se cumplió de manera impresionante, puesto que el Cordero de Dios ingresó a Jerusalén, exactamente como lo describió el profeta Zacarías, montado sobre un asno como símbolo de humildad, exactamente el 10 de nisán.  Esa fecha en el calendario gregoriano equivale al domingo 4 de abril del año 33 d.C., mejor conocido como Domingo de Ramos.

 

Zacarias 9:9  “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna". 

 

Juan 12:12-15  “El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: !!Hosanna! !!Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!  Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito:  No temas, hija de Sion:  He aquí tu rey viene, Montado sobre un pollino de asna." 

 

DESPUÉS DE LAS SESENTA Y DOS SEMANAS SE QUITARIÁ LA VIDA AL MESÍAS. (La crucifixión)

 

4 Dias después de su ingreso a Jerusalén, y una vez cumplidas las sesenta y nueve semanas proféticas, Jesús el Mesías seria crucificado.

 

SEGUN EL CALENDARIO JUDIO          SIETE SEMANAS                             7 X 7 AÑOS = 49 AÑOS

 

                                                              SESENTA Y DOS SEMANAS          62 X 7 AÑOS = 434 AÑOS 

 

                                                                                                                      69 X 7 AÑOS = 483 AÑOS

 

Según la profecía de Daniel, después de quitársele la vida al Mesías, lo que ocurriría cumplidos los 483 años, pero ciertamente antes de los últimos siete años de la profecía, Jerusalén misma sería destruida (Daniel 9:26). Esto fue cumplido históricamente en la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.  Cuando el Imperio Romano que, con el Emperador Tito al frente, el 6 de Agosto del año 70 d.C. (9 de Av en el calendario hebreo) produjo en la cuidad de Jerusalén una matanza tan brutal que cobró la vida de mas de un millón de judíos quienes opusieron resistencia a la demolición del Segundo Templo.

 

El sitio de Jerusalén del año 70 d. C. fue un acontecimiento decisivo en la Primera guerra judeo-romana. Fue seguido por la caída de Masada en el año 73.  El ejército romano, dirigido por el futuro emperador Tito, con Tiberio Julio Alejandro como su segundo al mando, sitió y conquistó la ciudad de Jerusalén, que había estado ocupada por sus defensores judíos en el año 66 d. C.  La ciudad y su famoso templo fueron destruidos el mismo año de su conquista.  La destrucción del Templo de Jerusalén todavía es lamentada anualmente durante la festividad judía Tisha b'Av y en el Arco de Tito (todavía en pie en Roma), donde se representa y celebra el saqueo de Jerusalén y el Templo.

 

La destrucción del Templo fue un acontecimiento importante para la historia y la tradición judía, conmemorado anualmente por los judíos durante el ayuno de Tisha b'Av.  Es igualmente importante para la teología cristiana. 

 

Destrucción del Segundo templo de Jerusalén... (ver más)

La narración de Flavio Josefo:

 

Josefo había actuado como mediador para los romanos y, cuando las negociaciones fracasaron, fue testigo del asedio y de las consecuencias del mismo.

 

Josefo afirma que 1.110.000 personas murieron durante el asedio, de los cuales la mayoría eran judíos. Además, 97.000 fueron capturados y esclavizados, incluidos Simón Bar Giora y Juan de Giscala. Muchos huyeron a las zonas de todo el Mediterráneo. 

 

Tito se negó a aceptar una corona de la victoria decretada por el Senado de Roma, ya que "no hay mérito en derrotar un pueblo abandonado por su propio Dios".

 

Está implícito en la profecía de Daniel que hay un período considerable entre el fin de los 483 años, o las 69 semanas, y el comienzo de los últimos siete años o septuagésima semana, puesto que incluye dos sucesos separados por 40 años.

 

La última semana se iba a caracterizar por un pacto que se hace con un príncipe futuro relacionado con el pueblo que destruyó la ciudad. Como el pueblo que destruyó la ciudad fue el pueblo romano, «el príncipe que ha de venir»  será precisamente un gobernador del imperio romano resucitado. (Daniel 9:26 y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.)  Muchos intérpretes miran esto como un suceso aún futuro que ocurrirá después que la iglesia haya sido arrebatada.

 

Este gobernador futuro hará un pacto de siete años con el pueblo de Israel, como se describe en (Daniel 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador). 

 

La confirmación de un pacto entre el “príncipe que ha de venir” e Israel indicará el comienzo de la septuagésima semana, los últimos siete años de esta época.  Respecto a ese acontecimiento, la Biblia enseña lo siguiente:

El príncipe que hará el pacto con Israel es el anticristo, pero no se habrá revelado en ese momento. (2 Tesalonicenses 2:3-11, “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.  ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?  Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.  Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.  Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.  Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira.” )  (1 Juan 2:18  Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo). Es evidente que el anticristo negociara un tratado de paz entre Israel y sus enemigos en cuanto a un litigio de Tierra (Daniel 11:39 Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra.)

 

A mediados de los 7 años (después de tres  años y medio), el príncipe (el anticristo) quebrantará su pacto con Israel, se declarara Dios, se apoderará del Templo de Jerusalén, prohibirá la adoración del Señor (2 Tesalonicenses 2:4) y devastará palestina.  Reinará durante 3 Años y medio (Apocalipsis 11:1-2  Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.  Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.  Apocalipsis 13:4-6  y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?  También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.  Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo.)

 

La importancia profética de la “abominación desoladora” será conocida solo por los santos de Dios (Daniel 12:10-11 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.  Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.).  Jesús dijo que los creyentes deben prestar atención en cuanto a esa señal decisiva, porque comenzará la cuenta regresiva de los últimos  tres años y medio antes de su venida a la tierra en gloria (Mateo 24:15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), Al prestar atención, los creyentes en la tribulación sabrán que la venida de Cristo está cerca,  a las puertas (Mateo 24:33  Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas).  La venida del Mesías (Tesalonicenses  2:8; Apocalipsis 19:11-20 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.  Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.  Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.  De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.  Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,  para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.  Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.  Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.) ocurrirá al final de los siete años, o sea, el segundo período de tres años y medio.  El libro de Apocalipsis confirma el tiempo al declarar dos veces que el anticristo (la bestia) tendrá poder por sólo cuarenta y dos meses (Ap 11:1-2; 13:4-6).  Más adelante Daniel otra vez declara que serán tres años y medio (tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo) desde el momento de la gran tribulación hasta el fin (Daniel 12:7). 

 

En los tres años y medio asignados al anticristo, Jerusalén seguirá siendo pisoteada por los gentiles (Apocalipsis 11:2 Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.).

 

La “abominación desoladora” es la señal inequívoca de que la gran tribulación ha comenzado. (Jeremías 30:5-7, Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz. Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros.   !!Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado).

 

(Zacarías 13:8-9 Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella.  Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro.  El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios).  (Deuteronomio 4;30-31 En los postreros días, cuando estés angustiado y todas esas cosas te sobrevengan, volverás al Señor tu Dios y escucharás Su voz.  Pues el Señor tu Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que El juró a tus padres).  (Daniel 12:11; Mateo 24:15-21).

 

La tribulación y el gobierno del anticristo terminan con la venida de  Cristo en gloria para juzgar a los impíos (Mateo 25:31-46 “Pero cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los ángeles con El, entonces El se sentará en el trono de Su gloria; y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.  Y pondrá las ovejas a Su derecha y los cabritos a la izquierda. “Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: ‘Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.  “Entonces dirá también a los de Su izquierda: ‘Apártense de Mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles).  Para destruir el anticristo y para comenzar su reino milenial, (Jeremias 23:5-6, “Vienen días,” declara el Señor,“en que levantaré a David un Renuevo justo;Y El reinará como rey, actuará sabiamente, Y practicará el derecho y la justicia en la tierra.  En sus días Judá será salvada, E Israel morará seguro;  Y éste es Su nombre por el cual será llamado:  ‘El Señor, justicia nuestra.) (Mateo 24: 27-30,  Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.  Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.  “Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas.  Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria).  

 

Israel tendrá que pasar por la gran tribulación y Dios lo librara en la guerra de Armagedon, pero antes que esto acontezca hay otros acontecimientos que tIienen que suceder con el pueblo de Israel para que esta profecía sea cumplida.  (Jeremías 30:11 “Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jevová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo).

 

Este tiempo específico es objeto de especial atención por los profetas. 

 

En Jeremías 30:1-10, predice que el tiempo de tribulación será precedido por un regreso parcial de los hijos de Israel a su tierra. (Leer más  "Estudio el regreso de los judios a Israel")

 

En Daniel 9:26-27, predice de que este príncipe que ha de venir hará cesar el sacrificio y la ofrenda y “hará desolación en el templo”.  Esto implica un futuro templo en Jerusalén y una reivindicación del sistema mosaico de sacrificios por los judíos en el período que precede a la segunda venida de Cristo.

 

Es significativo que los primeros 483 años se hayan ya cumplido.  Jerusalén fue reedificada en los primeros 49 años, como se indica en (Daniel 9:25).  El Mesías fue crucificado después de 483 años.  Los sucesos de la última semana aún están en el futuro y proporcionan una cronología para el tiempo del fin que lleva hasta la segunda venida de Cristo.

 

Amós 9:11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto.

Reconstrucción del Tercer Templo

 

En    una   entrevista   el    20   de    julio    2010,   el   Diario    Haaretz

de     Israel   le    preguntó    al     Jefe     Rabino    Yisrael    Meir   Lau.

¿Todavía cree que un Tercer Templo en  Jerusalén  será c onstruido?

“Por  supuesto.  Creemos  en  eso.   Oramos   por  eso  3 veces  al  día.

Dice  en un  Mishnah,   en  el  quinto capitulo del “pirkei Avot” dice:

“Que   el   templo   se   reconstruirá   pronto   y   en   nuestros   días”.  

Eso es una cosa.  La segunda cosa es que todos los profetas hablaron

sobre  el  hecho  de  que  el  Templo  fue  destruido  por  el fuego y se

reconstruirá   en   fuego  en  el  futuro.   De  todas  las   profecías   de

desastre  que tuvo lugar y todo lo que los profetas  dijeron,  ninguna

de  sus  palabras cayeron al  suelo.   Esa  es  también  la  manera  de

entender sus profecías acerca de consuelo”.   (Leer más)                                                                                                                           

   Rabino  Yisrael  Mei

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